Cumbre Mundial. Una comedia absurda para terminar con los pobres

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No hay nada más decididamente escénico que un balcón asomado sobre un patio de butacas. Desde este punto de partida, Jorge Jimeno nos interpela del modo más brillante e incómodo para plantear la cuestión, a mi juicio, decisiva: la de qué hacer con nuestros cuerpos allí donde ya sólo pueden ser o superfluos o amenazadores.

Santiago Alba Rico

Sinopsis

Dos personajes confinados en sus balcones encuentran en las miradas de los espectadores la fuerza para romper las barreras que les separan del patio de butacas, con el ardiente deseo de celebrar esa comunión de cuerpos que es el teatro… y la vida.

Son las ocho de la tarde. Los ciudadanos salen a sus ventanas. En el escenario un hombre aplaude convencidamente desde su balcón. Su vecina le observa descreída desde el suyo. El patio de butacas está lleno de vecinos que aplauden con solemnidad teatral. Cuando los aplausos se apagan la rutina inunda de nuevo el vecindario. Los vecinos se esconden pero los cuerpos de los espectadores continúan en sus butacas.

Jorge es un buen vecino hasta que un impulso humano le hace saltarse las reglas. Él solo quería ayudar a Ana y ahora ambos se ven empujados a tomar una decisión que cambiará sus vidas para siempre.

Una propuesta escénica que dialoga sobre la participación con los espectadores; una propuesta que se mueve en la delgada línea que separa al teatro de la vida, al arte de la realidad; una propuesta que se pregunta si es posible mantener los aplausos más allá del patio de butacas, más allá de las ocho de la tarde.

Público: Adulto y juvenil
Género: Comedia poética
Duración: 70 minutos

Ficha artística

Autor: Jorge Jimeno

Dirección: Verónica Pérez

Intérpretes: Ana de la Hoz, Jorge Jimeno e Iván Sangüesa

Composición musical y efectos sonoros: Iván Sangüesa

Escenografía: Nerea Moreno y Cecilia Bergamín

Vestuario: Cecilia Bergamín

Diseño de iluminación: David González

Diseño gráfico: Plan B Estudio Creativo

Fotografía: Urko Vicente

Comunicación: Meta-Comunica

Producción: Montajes en el Abismo, con el apoyo de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Becerril de la Sierra

Agradecimientos: A Juani López por compartir su hogar, a Pablo Asla por animarnos, a Mónica Jimeno por dibujarnos y a Santiago Alba Rico por dar luz a la caverna.

Nota del autor

Montajes en el Abismo es una compañía de artes escénicas donde apostamos por la producción de nuestras propias creaciones para abordar temas contemporáneos con el humor como protagonista. Pretendemos aportar una mirada diferente sobre la teatralidad social en la que nos hallamos inmersos, resaltando sus incoherencias y absurdos y buscando la universalidad del lenguaje teatral.

La situación de confinamiento que vivimos en la primavera de 2020 es probablemente el hecho de mayor relevancia global e impacto social que hayamos vivido una gran parte de la población mundial. La forma en la que la población está respondiendo a esta crisis conduce a interesantes reflexiones sobre el modo en el que los ciudadanos participamos en nuestra sociedad.

Concretamente esta propuesta se fija en el acto —social y teatral— de los aplausos de las ocho de la tarde. ¿Por qué participamos en ese acto? Más allá del reconocimiento a una determinada labor, ¿qué necesidad se satisface participando en esa unión de cuerpos que aplauden y se miran?

La participación es un término en auge compartido por teatro y sociedad, y que además establece una frontera difusa entre arte y vida. Hay algo de nuestros tiempos que llama a la participación explícita y notoria de las personas en todos los órdenes, y que parece de sumo interés a la hora de abordar el vínculo entre público y ciudadanía.

El término participación dentro del teatro es ambiguo: si bien todo espectador participa del hecho teatral sin tener que emprender ninguna acción —más allá de estar presente—, parece que debería conllevar alguna tarea adicional. Y en la sociedad, ¿participamos para construir conjuntamente o para competir dentro de un juego de reglas deshumanizadas?

Este proyecto de creación escénica se nutre fundamentalmente de los conceptos de cuerpo, imaginación y fantasía tal y como los utilizan Santiago Alba Rico en Ser o no ser (un cuerpo) y José A. Sánchez en Cuerpo ajenos, así como las relaciones de poder hacia las que apunta Jacques Rancière en El espectador emancipado. Agradecemos especialmente a Santiago Alba Rico su aportación a este proyecto, no solo por sus magistrales ensayos, sino también por las reflexiones compartidas en los seminarios que impartió en 2019 en el marco del Máster en Pensamiento y Creación Escénica Contemporánea de la ESADCYL, así como por su disponibilidad y ayuda para el desarrollo de este proceso de creación.

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